El caso de Saraí Mendoza en el deporte es curioso. Llegó al judo hasta los 23 y casi diez más tarde logró el oro en una Copa del Mundo. Aquí, un poco de su historia
¿Cómo se siente después de haber logrado un oro mundial?
Bastante satisfecha y muy contenta porque no me conformé sólo con la plata. Yo sabía que podía trabajar por más. Esta es la medalla más importante que he ganado.
A veces no se sabe la dimensión del logro. Cuéntenos, ¿qué tipo de rivales vinieron a la Copa?
Los mejores del mundo. Los que buscan puntos para los Olímpicos.
¿Qué pensaba durante la com petición en la medida que iba avanzando hacia el oro?
Mi entrenadora Yanira Vigil me decía que confiara en lo que sé porque a veces el rival trata de impresionarlo a uno, de verse mucho más fuerte, rápido. Es un factor psicológico que hay que procurar que no afecte. Trabajamos bastante táctica debido a que con las rivales ya nos conocemos. He sufrido un poco de desventaja antes por el hecho de que no me fogueo con ellas (con la elite mundial). Pero Dios estuvo de mi lado y los entrenos y mi profesora me han ayudado.
¿Cómo vivió la final, cuál fue la clave para el triunfo? ¿Dudó?
Ella comenzó a dominar. Hubo un poquito de duda en mí. No me permitía hacer mis técnicas. Sentí frustración. Pero eso tiene que ser manejado en el más corto tiempo porque cualquier segundo cuenta. Yo necesitaba lanzarla con una técnica en la que ella cayera totalmente de espalda para poder ganarle (Ippon, lo más difícil).
¿Y cómo lo logró?
En segundos, uno trata de medir al adversario y ver qué movimientos realiza. Hay que pensar muy rápido. Cuando logré ver que tenía una desventaja en la cadera, ese fue el punto que trabajé para ganar.
Este resultado es una muestra del potencial del atleta nacional a pesar de que a veces asiste a pocos eventos de este nivel...
Sí. Ha pasado algo en el judo. Se están dando tours europeos en los que nuestros atletas a nivel centroamericano no pueden ir por costos. La Unión de Judo de las Federaciones locales procuran que tengamos opción de participar en diferentes eventos. Lamentablemente nosotros no hemos podido ir a todos. Hay bastantes aspectos, tiempo, dinero, etc. Se trata de hacer lo que se pueda con lo que se tiene.
¿Qué pesó para ganar el oro?
Conocer un poco más a las rivales. En los pocos eventos que las enfrento, trato de captar la esencia de ellas; aunque cuando uno está muy nervioso necesita ayuda de afuera. Entonces, trato de tener a la mano la opinión de un compañero, Carlos Alarcón, más las instrucciones de mi profesora.
¿Cómo llega al judo?
Tenía bastante sobrepeso y buscaba algo que me gustara y me permitiera defenderme. Una de mis mejores amigas fue violada. Fue un choque. Busqué tener la oportunidad de defenderme como mujer. Me llamó la atención que en judo se defienden y pelean en suelo.
Ha logrado su más importante triunfo a los 33 años; ¿qué supone eso para sus planes?
Sigo planeando a largo plazo. Me preparo para lograr más puntos para ir a Londres (Olímpicos). Veo el camino siempre algo difícil y hay que trabajar bastante. Más a futuro no podría decir nada. Uno puede pensar algo y a veces no suceden las cosas. Me gustaría ser entrenadora y poder retribuir un poquito de lo que la Federación me ha dado.
¿Alguna vez sufrió alguna lesión o situación que le llevara a pensar en el retiro?
He tenido bastantes baches en el camino, unos pequeñitos, otros grandes. Lo que me motivó a seguir fue el amor al deporte. Acá he encontrado bastantes personas que me ayudaron y que llegaron a ser como de mi familia.
¿Pero pensó en retirarse?
Sí, lo pensé en varias ocasiones debido a que a veces uno tiene miedo del futuro. De no recibir una pensión, tal vez una lesión a uno lo deje mal de por vida. Pero el que no arriesga no gana.
¿Qué esperaría de la Federación, del país, del Gobierno?
Los invito a hacer un poco de reflexión. No soy la única que puede dar mucho más. Tengo muchos compañeros en diferentes disciplinas que no están siendo tomados en cuenta. Las personas que están en los asuntos gubernamentales debieran observar los casos y apoyarlos. No sólo tendrían una medalla, ganarían más apostándoles. Una medalla no le permite a uno comer, pero sí ayuda a que las personas de afuera se den cuenta cuál es el logro y el esfuerzo que se está haciendo acá adentro. Sólo es que estudien los casos y nos ayuden. No veo nada que se los impida.
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