Edna Guadalupe Carrillo. Foto: Archivo ESTO
ESTO
Tiembla de orgullo cuando vence a sus rivales.
Pero además es amorosa de la vida, de la tranquilidad que le da saber que ha obtenido buenos resultados gracias a su arduo trajinar en el deporte.
Lee a solas "Los amorosos", de Jaime Sabines.
Escribe, recita, crea poemas y luego se entrega de lleno a los entrenamientos.
No huye de la realidad de las calles, por eso su preocupación de sobresalir y responderle al deporte por todo lo que ha recibido del mismo, así como a la poesía.
"Tengo relatos y poemas de lo que vivo arriba del tatami. Me gustaría un día escribir un libro de todas mis vivencias en el deporte. Creo que en el judo encontré a mi aliado, mi confidente, mi compañero de grandes experiencias y mi brazo protector cuando dejo a mis padres por tener que concentrarme para las competencias".
Campeona centroamericana, busca en todo momento no estar sola como los amorosos, porque entonces el llanto le invade sus ojos tapatíos.
"Les preocupa el amor. Los amorosos viven al día, no pueden hacer más, no saben... Esperan, no esperan nada, pero esperan", le dice Sabines minutos antes de entrar a las competencias.
"La lectura y la música son un buen aliciente antes de las competencias. Son como una bendición para relajarse, para concentrarse y para soñar. Sólo así se puede llegar al triunfo. Recuerdo que mi primer triunfo fue a los cinco años de edad. Pesaba 18 kilogramos, vencí a mis contrincantes. Ahora a mis 19 años nunca he pensado en cambiar de disciplina", platica.
Sus ojos pintorescos desean ser la hidra del cuento, de una historia en el deporte. No duerme hasta saber que ha cumplido con las exigencias que le pone el yudo. De sus retos y a veces de sus sinsabores, pero con la mentalidad de hacer lo mejor posible el trabajo de todos los días.
Tiembla de orgullo cuando vence a sus rivales.
Pero además es amorosa de la vida, de la tranquilidad que le da saber que ha obtenido buenos resultados gracias a su arduo trajinar en el deporte.
Lee a solas "Los amorosos", de Jaime Sabines.
Escribe, recita, crea poemas y luego se entrega de lleno a los entrenamientos.
No huye de la realidad de las calles, por eso su preocupación de sobresalir y responderle al deporte por todo lo que ha recibido del mismo, así como a la poesía.
"Tengo relatos y poemas de lo que vivo arriba del tatami. Me gustaría un día escribir un libro de todas mis vivencias en el deporte. Creo que en el judo encontré a mi aliado, mi confidente, mi compañero de grandes experiencias y mi brazo protector cuando dejo a mis padres por tener que concentrarme para las competencias".
Campeona centroamericana, busca en todo momento no estar sola como los amorosos, porque entonces el llanto le invade sus ojos tapatíos.
"Les preocupa el amor. Los amorosos viven al día, no pueden hacer más, no saben... Esperan, no esperan nada, pero esperan", le dice Sabines minutos antes de entrar a las competencias.
"La lectura y la música son un buen aliciente antes de las competencias. Son como una bendición para relajarse, para concentrarse y para soñar. Sólo así se puede llegar al triunfo. Recuerdo que mi primer triunfo fue a los cinco años de edad. Pesaba 18 kilogramos, vencí a mis contrincantes. Ahora a mis 19 años nunca he pensado en cambiar de disciplina", platica.
Sus ojos pintorescos desean ser la hidra del cuento, de una historia en el deporte. No duerme hasta saber que ha cumplido con las exigencias que le pone el yudo. De sus retos y a veces de sus sinsabores, pero con la mentalidad de hacer lo mejor posible el trabajo de todos los días.
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